El Pampa

HOY CUANDO DUERMAS

Cuando caiga la noche pampeana,

cuando los silencios ronden las habitaciones de la casa,

cuando la luna plateada irrumpa en rayos de palidez,

en el mismo borde blanco del lecho donde duermes, estaré de pie.

Al borde mismo de tu sueño.

Prometo quedarme quieto, para no dar un paso en falso y caer sobre la realidad de tu piel.

Hoy cuando tu duermas, me quedaré de pié al borde mismo de tus sueños, para sentir como sube el calor de tu sueño hasta el rostro.

Miraré tu cuerpo casi moreno, en toda su delgadez, el vientre de tu pampa fértil, las sierras de tus pechos turgentes, como se mueven al ritmo suave de tu sueño. 

Observaré de que está hecho tu sueño que ha ocupado todo tu cuerpo como una coraza de fantasía, protegiéndote de la realidad.
Hoy cuando duermas, me quedaré de pié al borde mismo de tus sueños, conteniendo mis ansias y mis besos, que esperarán sin prisa, como el paso del nochero.

Te buscaré en tu sueño.

Con mi alma doblada sobre ti esperando que despiertas y nuestras miradas se crucen para ver si encuentro detrás de tus ojos, las formas de tu sueño. 
Seguramente que cuando la luna llegue a su punto culmine en el azul negro del firmamento, alli donde reina el silencio de la noche, mi soñar comenzará a buscarse con el tuyo.  Allí mismo, al borde de tu cuerpo.

Tú dormida, yo en mis insomnios.

Pero seguro que allí no habrá nada que buscar.

Tu sueño, será mi sueño