Araceli Vellber

36.

Es primavera y siguen cayendo aquellas hojas

que quedaron en otoño, de hace dos años

y todavía quedan copos de nieve

en algunos sueños

y quizás caliente el Sol algún corazón de hielo

y mírame a la cara y dime que no hay nada

que las burbujas eran por el cava

y la botella se quedó acostada.

Y es verdad que en los días más tristes

las noches se hacen largas

las mañanas también

y aunque tenga mi corazón encerrado en una celda sin barrotes

y un carcelero sin llave

sabe Usted que puede venir a verme.