angelillo201

Muertos en fiestas de moros y excluidos.

Si se presentara un forense  a todos los cadáveres que ha dejado la fiesta congelados, y se acercara a los lechos juntos los muertos para tomarles el pulso tras haber hecho un reconocimiento,  les preguntaría:

¿ Por qué hombre de bien, usted dejo sus estudios de psicología, por qué dejo de buscar trabajo, de acudir al prójimo a pedir ayuda para no verse así? ¿ Por qué está usted quieto como un muerto cuando puede andar, correr, gritar… ?

Manifiestese hombre de Dios.

Bajo la sábana, una voz cadavérica contestaría al forense:

Poemas forense,

poemas para resucitar a los muertos.

Poemas. Poemas.

Levantando la voluntad del muerto las sábanas, se levantaría rígido con los brazos paralelos extendido, dando espantosos alaridos en su ciego deambular, declamando sus versos de ultratumba que serían capaces de enloquecer a cualquier ministro de economía y forense del reino de espada, donde sabemos que las autoridades muy supersticiosas en materia de resucitados, a los temen  como al demonio :

” Todos están drogados en la fiesta de moros y excluidos.

Las chicas son un caballo sagitario que llegan inquietas y relinchando. Lanzan sus flechas al banquete espantando a los pájaros que las observan haciéndose un hueco en el espacio. Los chicos de la fiesta doctos búfalos, hijos de escuderos, con aspiraciones a convertirse en caballeros de mentalidad boreal. Consultan libros como cartas astrales tiradas sobre pupitres fortificados que orientan hacia un norte elevado, sereno y frío, que atrae sus cabezas como imanes a los alfileres de crepuscular luz, mientras sus cuerpos están enterrados de cuello para abajo en un hoyo de arena.

En sus venas hay una blanca droga,en sus ojos una mirada blanca , y en su corazón una costra de cal con forma de huevo.

Las hierbas que rodean esta tierra crece sin amo, se han vuelto salvajes y peligrosas para el hombre. Junto a ellas, moros y excluidos. Esta tierra los sostiene como recuerdo de algo lejano. Sus vidas pasan por el sendero como lunas menguantes de apáticos deseos que se hunden en inmensas dunas. Al cruzar junto un oasis, sus siluetas se reflejan junto al agua que los repele. allí es donde ellos ponen muerte a la orilla.

Pregunte  a un programa de futuro cansado de las embestidas del progreso, del azote de la cultura sobre mi lomo de bruto excluido.

¿ por qué prohíben buen hermano entrar a la fiesta a moros y excluidos?

Mira chico- me respondió el buen hermano- hay parques y jardines con raíles amarillos que abren nuevas oportunidades a esta gente cuyo brillo esta lleno de sombras. Solo deben querer irse a otro lado a agonizar. Hay un lugar lo suficientemente grande y vacío en la tierra que tenga cabida para todos ellos. aquí no tenemos oportunidades para todos”

Una vez hubiera respondido, el cadáver como un muerto volvería a la cama, y el forense se santiguaría

En el informe, este sería el atestado:

Murió durmiendo un varón, dejo un sueño escrito.

 

Angelillo de Uixó.