Erin walner

Vos no sos para mí.

No quería convencerme, pero mentirme a mi misma es una de las peores traiciones, no quería convencerme, pero tampoco puedo seguir transitando un cuento de hadas.

Todo es cuestión de verdad, y es verdad que yo no te gusté nunca.

¡qué dolorosa es la verdad!, pero a la vez me siento más aliviada. No sé cuándo se me ocurrió que vos y yo podíamos llegar a algo... En realidad, creo que nunca debí haberlo pensado. 

¡qué dolorosa es la verdad a través de un silencio!. Yo que pensé que el silencio no era respuesta, ahora sé que es la peor de todas. 

Vos no sos para mí, por más que haya pensado todo lo que pensé, por más que mi idea hacia ti siempre fue grandiosa, ¡me estaba mintiendo a mi misma!, ¡estaba disfrazando de ideal algo minúsculo, superfluo, ingrato!. 

Ahora sé que las máscaras se caen, los velos se corren, las melodías terminan, los relojes dejan de funcionar, el sol se oculta, los paisajes se transforman. 

Ahora sé que no hay nada más valioso que encontrarse cara a cara con la verdad, aunque sea pavorosa, inconcebible, relativa. 

Gracias por no ser para mi.