Jorge Briceño

Dices que yo...

Llego exhausto a casa, sediento y moribundo esperando un beso, una simple caricia, o si quiera un como te fué,

Pero entonces estrujas el ceño y no con extrañeza sino con una  amargura que de lejos se te advierte y dices ¿por qué llegas tan tarde?,

Te abrazo, te muerdo, te beso, y dices que soy fastidioso, me saco la corbata,  desabotono la camiseta y me echo a tu lado  y dices que yo te quiero provocar.

Río sacástico y muerdo tus labios jugosísimos y vivos y dices que yo te maltrato, más tarde dormiré en el frío suelo,

¿ entonces dirás que yo no te sé querer ?