kavanarudén

Sentir ontológico

 

Tomé el libro de mi vida y comencé a ojear sus páginas, una a una.
Pude sentir el olor que provenía de ellas. Un aroma intenso. Una mezcla de musgo salvaje, bosque, cuero, tierra mojada y fresca brisa. Las acaricié y pude sentir una variedad de texturas: suaves, rugosas, ásperas, punzantes…

Casi al mediodía de mi existencia miro atrás. Contemplo el camino recorrido. Siento la satisfacción de haber vivido. Me rige la esperanza de recibir, abundancia, en el porvenir. ¿por qué no? ¿no tengo derecho?

Pasan por mi mente tantos recuerdos, personas, situaciones concretas, agradables y no tanto, que me han temperado.

Respiro profundo y pienso.

El gran misterio de la vida. Hoy estamos aquí, mañana, no lo sabemos. En un solo segundo puede cambiar nuestra existencia. El devenir del vivir, el cambio constante.
La única certeza que poseemos es la incertidumbre de la misma existencia. “Todo pasa y todo queda”, escribía el grande Machado. Al final ¿qué queda? Un alma inquieta que busca lo esencial, queriendo dejar atrás lo efímero. Viviendo a plenitud cada instante, como si fuera el último.
Darlo todo, porque al final partimos de esta “puta vida” sin llevarnos nada, solo lo que hemos cosechado en nuestra inquieta alma.

¡Oh…. cuánto duele en ocasiones el vivir!

¡Cuán difícil se torna el querer ser!

Encontrar - perder. Caer - levantarse. Seguir - luchar. Confiar - sufrir. Dar - no recibir. Reír - llorar. Gritar - callar - reprimir….

Oteo al horizonte y puedo sentir el abrazo de la soledad. Mi fiel amiga, que desde mi más tierna infancia me acompaña. Podré estar rodeado de una inmensa multitud. Podré sentir cercano al ser que tanto amo. Podré reír a carcajadas, pero allá dentro, en lo profundo de mi ser, se encuentra un niño pequeño, en tinieblas, sentado al borde de su cama, abrazando a su osito de peluche. Solo, completamente solo. Llorando. Rechazado, marginado, maltratado, incomprendido.

Somos lo que somos y nada más. Una mezcla inverosímil de experiencias, de decisiones, de opciones, de encuentro y des-encuentros. De vivencias que nos marcan, de una u otra manera.

Sosiego quiero, calma, quietud interior, equilibrio….¿pido demasiado? ¿es posible? Si lo negara me contradiría porque convencido estoy de que sea posible. ¿pobre iluso?  hoy estoy….mañana ¿qué más da?