Jorge Briceño

Vaya usted a saber

Besar era fácil, tener sexo era aún más  fácil, después de todo,  el cuerpo sabe como hacerlo, no te mientas.

Pero vaya usted a saber, que ver sus boca era -iba a decir irritable-,

pero más bien es, sobre todo, desesperante y cierto a su vez,   irresistible. 

Vaya usted a saber, que con sentir sus manos me sentía un dios, -a lo mejor estoy delirando-, 

seguramente me sentía un demonio quemandome, pero no en llamas, ni en el infierno.

Mas bien, quemando inevitablemente el tiempo- si es que existía-, mientras te veía.