Inexistente

Juego de cartas.

Repentino apareció el desamor
-!Ven!- Me dijo
-Juguemos al azar... a las cartas-.

-!Juguemos!- Le respondí,
-si te gano te hostigaré en el amor-, me contestó,
-de infelicidad y si pierdo, presto me marcharé-.

Así jugamos toda la tarde, y !Vaya! que le gané.
Mas yo no podía perder
porque bajo la manga tenía mi as,
mi gran amor incondicional;
mi gran amor de mujer.

-Volveré-. Dijo más de una vez,
-Vuelve-. le dije yo
-!No!!!!! mejor es... que no regreses más,
porque a mi lado, siempre estará mi as

-!Ya veremos!- dijo.
Y en un tono muy cansino
se marchó..., desapareciendo
por donde vino.