José Moscoso Vega

Espavel.

 

 

Fue tanto el tiempo,

esperando ese momento,

que un abrazo  tu me dieras,

que un abrazo recibieras,

 

Tu deseando que llegara,

yo muriendo de impaciencia,

porque éramos dos seres,

por amor en la demencia.

 

Y aquel día al fin llegó,

bajo un árbol muy frondoso,

que su sombra regaló,

para aquel sueño precioso.

 

Fue tan mágico, tal soñado,

y tan tierno lo esperado,

bello y dulce lo vivido,

embriagando los sentidos.

 

Fue un abrazo muy, muy fuerte,

tu respiro entre cortado,

mi corazón vibrando intenso,

muy del tuyo enamorado.

 

Suspirando al oído,

un te amo repetía,

nuestros cuerpos  temblaban,

yo tu nombre pronunciaba.

 

Te adentraste en mi alma,

en aquel sublime abrazo,

encendiste más la llama,

de perderme entre tus labios.

 

Y dijiste; mi promesa,

esta cumplida por favor,

solo abrázame de nuevo,

necesito tu calor.

 

Comprendí lo que decía,

fuertemente la abracé,

respetando sus deseos,

mis deseos me guardé.

 

Fue en un árbol de espavel,

mis recuerdos llevaré,

tus abrazos, tus suspiros,

y tu amor que no tendré.

 

J.Moscoso.

Derechos de autor Reservados.

José Antonio Moscoso Vega.

Corredores, Puntarenas, Costa Rica.

mayo 2017.