mario mena mena

El Ser

Sin duda es grandioso el pétalo de la cultura

pero ahí no está pleno el ser humano

Con ella nos hacemos del lenguaje,

de un puñado de costumbres

una forma de ver el mundo

la manera de vestirnos,

de hacer nuestras comidas,

y también de pensar y creer en Dios.

Pero la cultura no es el Hombre,

es sólo su forma de ajustarse al paisaje,

al clima y a su historia

La manera material de pensar su existencia.

La cultura no es la flor, es un pétalo.

 

Guste o no es cierto que están las clases

con sus formas de luchar por el sustento

con distinta tenencia de bienes,

para unos mucho, para otros poco

desiguales accesos al trabajo, a la belleza

al poder.

Pero la clase no es el Hombre

es sólo estamento de control y poder

forma de organizar trabajos y vidas.

La clase no es la flor, es un maltrecho pétalo.

 

La personalidad es universo intrincado en laberintos

Variedad cromática en movimiento

Donde voluntad, intelecto y sentimiento

construyen la difícil tarea del acuerdo  

de un hilo conductor que aunque oscilante

es un tipo único junto a otros tipos hermanos.

Pero la personalidad no es el Hombre

Ella es el instrumento con que cada alma

interpreta su particular y personal canto.

La personalidad no es la flor

es un intrincado pétalo.

 

El ser que somos todos,

la transparente unidad indestructible

semejante a Dios

yace bajo cada uno de estos pétalos

botón entre botones

epicentro de luz entre la luz

Lo que queda cuando todo muere,

lo que alumbra cuando todo se apaga

Ser que realmente somos

Tesoro que vale todo esfuerzo

Principio de todo principio

Motivo del probado amor de Dios.

El Ser es el Hombre

El Ser es la flor.