Zambra Saavedra

Me niego.

(...)

Me he vuelto una mujer fría, calculadora, reservada, y sin aparente rastro de algún pasado. Nadie capta ni una pizca de miedo, tristeza o soledad en mi mirada. Hasta podría asegurar que me catalogan como un maniquí sin sentimientos, que no ama. Pero carajo! Quien dice que la mujer debe ir siempre con la puta sonrisa en la cara? Que debe ser cordial y educada con todo mundo. Que de su boca no deben salir vulgaridades. Que debe estar siempre en el hogar. Que debe sentarse con las piernas cruzadas. Que debe agachar la cabeza cuando le humillan! Me niego! Me niego a esa estúpida idea, que solo crea un tonto espejo de miedos de esta jodida sociedad.