pani

MEDEA...

Extraña pupila

de la maga Circe,

labrada tenue...

de compasión

y orgullo,

 

¡Oh Medea...

hechicera de lo oscuro,

a ti te canto... !,

 

hija predilecta

y apenas desnudada...

 

por la ira

desdichada

en que te anudas,

 

en la Cólquide te deslazas

de su principescas

y tiránicas ataduras...

entre sábanas de raso

y seda derramada,

 

ennoblecida

por Jasón

en sus amores

 

anudada...

e imperiosamente

seducida

 

por la gracia

impenitente

de su tallo.

 

¡Oh hija

del viento...

y del rey Eetes,

 

eterno guardián

del vellocino

aúreo... !,

 

de magnánima

e impávida singladura

el recuerdo

en su nostalgia

te seduce...

 

y por sus trabajos

fuiste traicionada

y desgarrada

en sus amores,

 

entregando

a tu propio hermano

a sus espadas

 

desnudando

tus pasiones

por la ira...

del amigo seducido

en que te abrazas,

 

para de ese modo

derramar impune

la sangre

de los tuyos...

 

en la gracia

sublimada

de su labio.

 

Más un día...

la ira de los dioses,

terminó por deslazar

tu corazón...

de impuro

sentimiento

 

entre celos

deslucidos

por su gracia,

 

y en Glauca

hallaste nuevo

asiento...

 

a tus rencores

sempiternamente

desnutridos...

 

por el beso

ambivalente

de su dueño,

 

¡Oh Medea

belleza destronada

en los altares... !,

 

acribillada de rabia

e impertinaz

sequía...

 

por venganza

a tus hijos destrozaste,

en arrebato feroz

y manifiesto...

 

para dañar

impune

en su crudeza,

 

el corazón de aquel

que se delata

 

y que un día lejano

te jurara...

un amor perfecto

en plena sintonía,

 

con las fauces...

desabridas de su alma.