Santiago Miranda

Palpitación equi/distante

¿Para qué decirlo

y ensuciarlo de un vulgar sonar humano?

-un te amo, un te quiero, un deseo ajeno-

Resulta evidente al silencio intruso

 

Abtuso, te miro desde mi siniestra esquina

recordando los circulares revoltijos

que jamás tendremos sobre las vueltas

de las sábanas, cuando te digo, afírmate

a la baranda del lecho

 

Abajo hay solo mar y aquel volcán

de no nacidos hijos y el dolor de aquellos

duelos mutuos, que no tendremos, entonces

     todo bien te digo (al otro que uno carga dentro)

 prosigo en mi contemplación molecular, mis ojos

abiertos de par en par introyectan tus formas

desplegadas a través de iones y eras perdidas

y desmenuzo cada libra de carne y hueso

y degusto la médula sedosa de tu cabello

y creo conocerte mejor que ti al descender

en tus profundidades donde la trampa

revienta marineros y donde mi carne

es devorada por un insaciable fuego

               - Está bien, despreocúpate, esta vez sólo observo