Carlos Güell

 

Mi eterna compañera, Tú, toda Tú, mi joven DIVINA de cara perfecta, de ojos que me hechizan en mi silencio, de manos suaves que me aquietan el alma.

Si, Tú, la que tengo atrapada o la que me tiene cautivo, ya no sé. La que late dentro de mí con un corazón, que me pertenecía hace tiempo.

Si, Tú, la que sonríe en cientos de imágenes aprisionadas en el baúl de mi mente, la que dejó su olor penetrante en lo más profundo de mi existencia.

Eres Tú, la que se exhibe como estrella blanca, como luna en creciente, como antorcha encendida,que me quema por dentro, que me hiela por fuera,
que me carboniza el alma y me eleva hasta el cielo.

Tú, la que ocupaste tu trono, engrandeciéndote en mi tierra,
la que me ha esclavizado por noches y endulzado mis días,
la que con solo levantar su mano, me tiene rendido,
la que me provoca esta felicidad y esta amarga alegría.

Seguirás siendo Tú, Maravillosa, Gentil Mariposa que se posa sobre mi pecho y me marcas con tu recuerdo,
que me duerme, que me aniquila, que me despierta y me domina, que no me da descanso ni a hora ni a deshora.

Tu, mi SOLEDAD recalcitrante,
¿Hasta cuando te irás para siempre y traerás mi dicha?
¿Cuando me besarás en medio del bullicio de la gente?
¿Cuando te harás verdad y aparecerás en mi vida?
¿Hasta cuándo? ¿Dime hasta cuando?

Tu, si Tú, Mi Joven Perfecta de Cara Escondida……

C.