Gilber

Pasabas por mi calle solitaria

Pasabas por mi calle solitaria

cuando la tarde a poco se moría:

mis ojos si llegar a mi te acompañaban;

por tu nostalgia te tuve por mujer fría.

 

Mas tu cuerpo no igualaba tu semblante;

que era casto y rebozaba de belleza,

los ojos -ventanas del alma- quise mirarte

deseándolo con el corazón y la cabeza.

 

Después que alabé a Dios por tanta gracia,

volteaste con malicia al oír mi voz;

lo que fue deseo se volvió desgracia

por mirarnos un momento los dos.

 

Tus ojos como soles era daga,

que esperaban el momento oportuno;

para desgarrar de un tajo mi alma

por si mi amor acaso ya fuera tuyo.

 

Muy caro fue el precio que pagué

al quedar reflejado en tu mirada.

En vano el amor en ti busqué

pues de dar amor yo no sabía nada.

 

Con la tarde y con la calle te perdiste

como la poesía que lleva el viento.

¿Pero dime gran Dios por que me diste

un loco corazón que lo matan un momento?