Jaime Correa

MADRE

Madre querida bendito tu ser.
Siempre recuerdo tu amor tan presente,
dulces momentos dejaste en mi mente
y con cariño me hiciste crecer.

Cómo quisiera volverte yo a ver,
madre de vida y ternura creciente,
la educadora en mi hogar, tan paciente.
Sabios consejos me diste tú ayer.

Lágrimas brotan del hijo doliente,
tras contemplar ese nicho sombrío
nubla mi mente un terror que se siente.

Tiembla la tierra, mi cuerpo esta frío,
el corazón destrozado lo siente;
pena y dolor me quebranta, Dios mío.

 

Jaime Correa Fuentes

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