Kevin_AfGo

A una madre

Cada mañana al mirar el espejo

no son mis ojos lo que veo,

sino la chispa que

tu amor insondable

me dio hará ya quién sabe cuánto.

 

Todos tenemos recuerdos

forjados con nuestras madres,

pero ¡Ay! No hablo yo

de una madre cualquiera, hablo

de una mujer que con una mano

 daba gofio y con la otra te santiguaba.

 

No hay  mayor deleite que

nacer bajo el ala atenta y melodiosa

del arrorró de una madre canaria.

No solo te debo la vida,

te debo la fortuna de haberme

alumbrado en siete islas

tan distintas pero tan iguales.

 

Qué sería de mi corazón sin tu “miniño”.

Qué sería de mi carácter sin tus eses aspiradas.

Qué sería de mi alma si no me hubieras

dado por hogar la selva de Doramas.

 

Todo hijo abandona el nido

y se aleja un paso o dos

para despedirse de su madre,

pero yo nunca,

porque tú eres en mi corazón

igual que el mar en Canarias,

por mucho que subas o

te escondas en un pueblo distinto,

no dejarás de verlo.

 

Y aún cuando dejes de hacerlo,

jamás faltarán las gaviotas de la niñez que

guiarán el camino hasta tus besos.

 

Fimbultýr