Carmen Lombardi

Ojos negros.

Esa mirada sincera, ardiente, expresiva, que ama, que llora, que mata, que añora.

Ojos negros, luceros de noche, marineros desean navegar en el mar que esconden.

Como lunas que brillan en la calmada noche, se siente el silencio, en ellas las penas duermen.

Ojos cansados, reflejos de vida, desgastados por el tiempo, en sus párpados lágrimas respiran.

Palabras sin voz, olvidadas en el tiempo, terciopeladas pestañas desean volver acariciar aquello que fue bello.

Ojos que alzan un cuerpo gastado, cuyas pieles se amargan con el roce de sus llantos.

El sollozo es su nana, que calma, que alimenta, el espíritu joven que permanece en ella.

Y mientras la nana la arropa con su llanto de lágrimas, su respiración calla, se adormece su alma.