Inexistente

Qué sentir.

Como voy a decir, si inviene en nada,
si nada es lo que conviene decir;
si del cieno crecen lumbreras, que no se pueden asir
y de las ramas de los árboles,
se desprenden indescifrables canciones
sin poderlas repetir.

Se cuelgan igual mis sueños y terminan por sucumbir
entre los frunces del tiempo.

¡Oh qué aliento que lleva el viento!
¡No será!… si es mi aliento el que se lleva
Y para que yo no le persiga… el muy ingrato se eleva.

Y mi alma me pide a gritos… ¡Ven sácame de esta cueva!
Henchida de sentimientos, que propugnan por salir.