María del Rocío

Mar

Mar en sosiego,

que recibes en brazos abiertos

lágrimas en salino.

Tienes la bondad de unir 

gotas en tus aguas al igual de saladas.

Mi naufragio lento, 

tomas a tu amparo, 

y en traquila quietud calmas mis lamentos.

tus olas rebosantes,

hoy calman sus bríos. 

Y tal padre amoroso,

me arrulla en canturreos.

Mi grito ahogado,

en conjunto al gaznar de gaviotas, 

que sin pena ni gloria;

el cielo cruzan a mi vista.

Mi aflicción aminoras,

en suave brisa y cantos y en murmullos

clemente calmas mis penas.

En reticente furia, amas.

Mi paz, encuentro en ti,

lágrimas se apartan..

Eres, sutil bálsamo que toda pena arrasas.

Mis pies sobre tu arena te reciben,

encaminan sus pasos a hundirse entre

tus aguas, y se unen nuestras aguas saladas.