Negaré que te quiero,
aunque mis ojos busquen los tuyos,
y en mi imaginación te vaya dibujando
cuando a solas me encuentre.
Negaré que te quiero,
para aparentar orgullo,
y aunque mis manos
se alarguen por retenerte;
no volveré a verte.
Negaré que te quiero,
para llamar al olvido
y cumpla su trabajo,
porque hoy me despido
de aquel, al que tanto amo.
Acompañaré al sepulcro
a este amor imposible,
quizá, llore un invierno;
cuando el frío me haga pensarte,
pero esperaré la primavera
en donde la flor seca,
muestre un retoño de vida.