Santiago Miranda

El dejarse ir

He aprendido a amarte en cada esquina
en cada calle en cada mañana cerrándose
sobre sí como un capullo nuevo
he aprendido el aprender constante

Pero la vida me impone
dejar lo amado, dejar lo sido
postergarse en el vuelo de los pájaros
bailar en el cuarto oscuro, cantar entre tu ruido

Creo que no lo puedo
Sé que no lo quiero

¿Cómo desligarme si soy
sólo el cordón que anuda?
Ni el cielo de mar y maravilla
Ni el subterfúgio infraterrestre

Soy un tránsito, un puente
el que venga a mí, me cruce
sobre mis huesos idos, hasta el edén
o el averno, todo hombre es un camino

Pero como dejarte ciudad perdida
si te he amado cada calle, entramada
a mi tejido, ambos caemos en decadencia
en el olvido, yo ayer me apoyé en ti
              hoy es turno tuyo

Tengo angustia, el olvido se expresa
a través de mi ahora, hombre
receptáculo del silencio
brama impotente

Como la espuma en la ira
de la ola, fuerzas oscuras
de un origen indefinido
a un fin incontestable

Como la espuma de ira
en la boca, dejar ir todo
o dejarse ir por todo
-no lo quiero, no puedo

No acato-
aún mi insignificancia
contra mi destino me rebelo
me entrego a cada rincón poblado

Arránquenme en la hierba salvaje
entre el rayado del muro, jamás
se irán del amor, los amantes
oculten todos los amores
el espacio quedará, vacío
el espacio vacío, quedará.