“¿Dejaré de amarte algún día? -pregunto yo,/ soy un indeciso ¿qué duda cabe?/ Tal vez sí, tal vez no,/ lo más seguro es que... quién sabe”.
Dejaré de sentir, esto puedo jurarlo
y será así como morirme, no lo niego.
Al amor en serio no hay que tomarlo,
también tiene sus normas este juego.
Será como que de repente no respire,
que me encierre en un raro mutismo,
que ya nada sepa de ti, que no te mire
y sin saber de ti, no sepa de mí mismo.
Dejaré de soñar, en sueños te sentía
y ya dejar de sentirte es lo que quiero…
Si antes amándote día y noche vivía,
quizá deba creer que amándote muero.
No despertaré si aún en mi mente estás,
la idea es hasta del pensamiento sacarte.
Tal vez imaginaré que te vas… y te vas…
y nadie me verá corriendo a buscarte.
Dejaré de sentir, eso ya es olvidarte…
que sólo quede mi silencio allí latente.
Siempre con locura fui capaz de amarte,
que Dios perdone un día a este demente.
Que Dios perdone a este poeta tonto,
que de amor a ti llenó todo su destino;
la ruta del olvido he de hallarla pronto,
aunque no sé si acaso exista ese camino.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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