JAVIER SOLIS

RESPUESTA A NEY (sobre el poema \"LOS ÁRBOLES QUE SE AMABAN\")

Dos árboles que se amaban

Sin poder tocarse

Dos almas que se buscan

Sin poder encontrarse.

 

Estar tan cerca y no tocarse

Morir a diario llenos de angustia 

Mirarse anhelantes y no besarse

Como el atardecer de hierba mustia

 

Tejí telas  con palabras amorosas

Que sin embargo eran ecos huecos

Pues aún las  palabras primorosas

Suenan a color de troncos secos.

 

Yo lloré acá al verlos lejos, estando cerca

Tú lloraste allá estando lejos

Nuestras lágrimas quizás formaron una alberca

Entre distancias  y reflejos

 

Tu alma es tan sensible

Al llorar por dos árboles lejanos

Pero siempre será posible

Amar aún en tierras lejanas.

 

Lima 28/4/ 17