eibaoga

A un vanidoso iluminado.

 

Mi querido iluminado:
desvarías tanto en tu egoísmo que ...,
¿no sabes lo que es la caridad?.
¡Estas enfermo!.

Ofrece tus manos
sin que lo sepan tus dedos.
Sacude tu corazón,
¡date! hasta quedar sin sangre.

Y entonces ...., sin más que dar.
¡Estarás sano!.