Cercado en derredor de tu haro huelgo
yace un vocablo perdido en la pasión.
Fúlgida mi pretensión de un palmo cuelgo,
alabar tu escultura sin precio de razón.
Cincelan mis manos tu escultura
besando al aire que te toca;
declamo si no existe conjetura
porque ahora sabes que provoca.
En mi aljibe reposa tu imagen,
delación de un sueño diáspora,
tangible para un beso facial
que culmina en continuación...
Ultrajante flor, vista lisonjera
encrespa mi tonada sendo adulo;
que fuimos dos, donde uno consintiera;
llegué, y saliendo vientos confabulo,
una hazaña yo, pena que cosiera.
No luces un brillante que acumulo,
la nota de silencio que pagamos
por hablar de lo mismo que soñamos.