Karina Guerra de Flores

Ella

Tan dispareja
Como los mismos dedos
O como las mismas nubes.

 

Tan desigual
Como los colores de las alfombras
O las arenas del mar.

 

Cuando su día amanece
Después del mío,
Y el reloj marca las tres.

 

La carcajada
Alcanza mis oídos
¡Ah! y ese abrazo para mí.

 

Tan ella, tan ella misma
Cuando habla
Serpentea la alegría de la vida.

 

Su presencia es infinita
Tan única entre todas
Simplemente ella.