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Amarte a ti

 

 

Quiero decirte la experiencia que me dan los años,  de saber cuanto puedo amar, amarte, soñarte bendecir cada día, esa belleza aniñada.

  Las energías de tu juventud me dan la fuerza para poder abrazarte, y amarte.

  Los años me enseñaron que la belleza de la vida es vivir a tu lado, en tu interior, dentro de tu alma. Ni toda la algarabía de mi juventud no dejaban ver que tan grande es la ensoñación, y hasta pareciera que la espera de que este amor viniera hacia mi, sin que mis esfuerzos sean los que logren mantenerlo en mí, siempre vigente, conociendo mucho por fuera, nada por dentro.

   Hoy experimento una atracción por ti muy grande, por tu rostro tan angelical, por tu espíritu tan aguerrido, por tus ganas de amar y ser amada, y yo sabiendo corresponder a ese gran amor, doy gracias a mis errores, esos que el desconocimiento de mi juventud me llevaron a cometer, y que golpearon mi corazón, pero me enseñaron a vivir, me enseñaron que tal vez exista otra vida para seguir amándote, con experiencia, con el amor de tu amor.

   Existe entre nosotros una distancia que hace doler el corazón pero es tan dulce, que solo el amor lo puede soportar, tengo pocas fotos, con las que puedo dialogar, parezco un loco mirándote, admirado por tu belleza, ¿será la luz del flash, que me encandiló, tus labios tan rojos, tus ojos tan grandes, tu cabello tan negro, tu piel suave, que me imagino acariciándola, será solo tu imagen, o fueron tus poemas?, dedicados a mí, esos que salieron de tu corazón, de esas largas charlas que solo el sueño lograban interrumpir.

   Te imagino dormida abrazada a tu almohada esperando que te bese al despertar, que te acaricie el cabello diciéndote, buen día, y cuanto quisiera ser yo esa almohada personal darte la calidéz de invierno y el calor de verano, hasta que nos sofoquemos en sudor, que hagas de mi, la necesidad única, tu oxígeno, como agua para tu sed, esa, que solo yo podría apagar.

   Agradezco a dios mi edad, la experiencia, mis golpes y tristezas, alegrías, mis amores efímeros, mis amores férreos, mis amores de un solo día, ellos han de haber forjado en mi, la necesaria sabiduría para amar sin prejuicios, para amar con pasión, sin miedo al fracaso, y si así fuera, es morir, y morir de amor, sería eterno, por que te esperaré en la otra vida, y sbrás realmente, del que te ama y te amó, y allí conocerás el verdadero amor, ese que ahora buscas, y aquí me detienes, escribiéndote, explayando en mis escritos, mis conocimientos y que a tu lado y a la hora de amar, seguiré en ti la búsqueda, centímetro a centímetro, los mas húmedos y dulces rincones de tu cuerpo para lograr que tu también aprendas como es realmente este amor, el que te haga perder tus temores, olvidar tus tristezas, sentir, vivir, hasta varias vidas, experimentándo más y más, hasta que sientas el dolor de la distancia, la pasión, las lágrimas de tus expresivos ojos, querer estar abrazada a mi, sin querer nunca más soltarte.

  No recuerdo de joven una sensación igual,  mis hormonas fluían con tanta fuerza, que nublaban mi razón, no podía experimentar el placer que se siente al amar de verdad, amarte a ti, mi bella princesa.

 

José Luis Vega