Alberto Escobar

El barbero de Sevilla

 

 

Rosina me llamo, vivo en una cárcel de Sevilla
que tiene al Doctor Bartolo como alcaide.
Dicen que un conde, creo que responde a
Almaviva, quiere embriagarse de mi fragante
lozanía.


Hace días observo a escondidas como un joven
vecino me corteja, es muy guapo pero sin
posibles, y se hace acompañar de Fígaro, el
barbero, ¿Estarán tramando algo esos
truhanes?

El maldito de Bartolo no me deja curiosear y
divertirme, me vigila día y noche como un perro
guardián, ¡siempre acompañado del maldito
profesor de música, ese Don Basilio del demonio,
que le llena la cabeza de infundios y fantasmas!
¡¡ Estoy harta de los dosss!!


Estoy deseando cogerles en un renuncio para salir
a la calle y conversar con el joven Lindoro, ¡qué
cosas más bonitas me dice!
Me encantaría que fuera el Conde de Almaviva,
¡sería tan bonito que además de guapo fuera rico!
Al final se hizo justicia...

 

Bartolo me tiene presa.
Por un ser los vientos bebo.
Desconocido... lo pruebo
ignota de quién me besa.
Si es conde o vil farsante
quien quiere prender mi      fuego.
Que no desfallezca ruego.
Mi deseo cosa acuciante.