Black-roses

Perdóname

Perdóname, mi amor,

si apenas soy una sombra

para tus sueños,

si queriendo ser tu Sol,

eclipsé tu felicidad.

Perdóname

si no soy más

que palabras e inseguridad.

Te juro

que te amo con el alma,

y aunque todo lo haga mal,

yo no sé desear

más que tu sonrisa.

Por querer causarla,

la pierdo cada día más,

y me asusta un final,

porque,

aunque nada acaba de verdad

hasta que la muerte

lo decide,

yo contigo solo sé fracasar,

y mi amor es letal

aunque yo lo justifique,

y no es la soledad

quien lo mantiene,

sino la necesidad de ti,

de cuidarte y protegerte

(que hasta de mí te protejo si es necesario),

de asegurarme

tu felicidad diaria.

Discúlpame

por mi falta de equilibrio,

por estar en todas partes

menos donde te hago falta,

perdón por aparecer cual espejismo

y ser realmente nada,

incluso siendo todo para ti.

Sabes que has tatuado

tu nombre en mi alma

y que te buscaré siempre

para encontrarte

de todas formas en mis versos

(prometo soplar

el brillo que dejan mis letras

en el agua

para desahogarte de mis recuerdos

y traerte a mi vida).

A pesar de lo que soy,

tú me has realizado

con tus sueños

y en ti me he sentido

de verdad.

Eres lo más real

que he tenido,

y lo que más me ha llevado

a luchar por mejorar.

¿Quién me diría a mí

que alguien algún día

me querría de verdad?

Del olvido me sacaste,

del hastío y de la soledad,

y tanto agradecimiento

en mí no cabe,

porque pensé

que ya no aspiraba a nada más

que a morir eternamente,

a no sentir nada

que valiera la pena,

y justo al abrir mis ojos,

allí estabas tú,

mi cielo,

amaneciendo

con mi mirada.