FIDEL HERNANDEZ

MARINERO DE VOCACIÓN

Su afición fue siempre el mar.

 

…Pero nació

tierra adentro,

rodeado de piedras

y de huertos,

con el corazón

pleno de barbecho.

 

Soñaba

cada noche en navegar

cruzando

cualquier charco,

saltándolo,

bogando en soledad…

 

Creció

sobre un madero

en el río,

en su pueblo,

abandonando la orilla

y rezando al cielo.

 

El tiempo

pasaba sin cesar,

y el niño de ayer

anciano se ha vuelto ya;

y su cara…,

su cara nadie quería besar.

 

 

Cada tarde

subía a la azotea,

miraba a lo lejos,

sonreía, imaginaba 

el mar,

un mar con sus sirenas.

 

Cada noche

bogó

mar aquí mar allá;

no importaba nada,

-¡qué más da!-

lo importante era navegar.

 

Sólo la muerte

consiguió

que su sueño

realidad fuera

al convertir su alma

en gaviota de tierra…

 

Su afición fue siempre el mar.