Wellington Rigortmortiz

* EL PÉNDULO… (y los temores del poeta)

 

Una terrible catalepsia,
similar a una fría camisa de fuerza,
en estos instantes cobija mi mente,
aprisionándola,
estrujando a la cordura
que con absoluta conciencia muda
lucha por hallar la respuesta total
a millones de interrogantes
que la incertidumbre produce
en mi ser,
el alma siente un temor de muerte,
parece invocarla y rechazarla a la vez,
tanta confusión, causa duda,
un esquizofrénico e inexplicable dolor,
el pasado es un cruel fantasma
que atraviesa mi cuerpo
en un incesante vaivén, el mismo,
en cada traspaso,
me va arañando la vida,
me va robando de a poco la fe,
las esperanzas, la felicidad,
…todo, solo se reduce únicamente
a la soledad por amor, esa es la causa,
podría dejarme
eternamente mutilar la piel, el cuerpo,
la mente, pero el alma no,
otra vez no…, porque
ya no podría volver
a tener la capacidad de resucitar;
frente a mi aprisionado ser,
el gigantesco péndulo del destino,
oscila monstruosamente desafiante,
me da temor mirarlo,
intimidante es su poder, el viento
que sus abrumadores
movimientos produce, abofetean
bestialmente mi conciencia
envenenándome la razón
con su constante vaivén,
su fuerte sonido
se confunde con los latidos
de mi agitado corazón,
el aire se siente vidrioso,
me va destrozando las entrañas,
no tiene sentido en este vacío llorar,
pues bajo su cascada invisible,
empapado estoy de su miseria,
la cuchilla afilada del péndulo,
trata de cortar el cordón de la vida,
el cordón seminal
que me une a la hija de Eva.

De pronto, se detiene el tiempo,
y con el mismo, también el péndulo,
las dudas
se transforman en certezas,
el vacío va tomando forma,
lentamente van desapareciendo
el temor, la duda, la incertidumbre,
todo el dolor,
comienzo a sentirme libre,
apareces tú en mi mente
sabiamente pronunciando
las palabras
que no puedo escuchar
pero que puedo entender
al leerlas en tus labios,
son las promesas inquebrantables
que en un pacto conjuras para mi,
la razón y la cordura
de nuevo son aliados
en la batalla que enfrentamos,
entendiendo, comprendiendo
que todo el mal que se manifiesta
a nuestro alrededor
no es culpa de los dos;
necesito mantener
algo mucho mas grande
y fuerte que solo la fe,
que solo la esperanza,
que solo la confianza,
porque la próxima vez, deseo
enfrentar al poder del péndulo
sin nada que me aprisione,
que me cause temor,
que duela y me confunda
…ahora nos salvamos de la muerte,
como tantas veces
lo hemos hecho juntos,
la felicidad eterna, no solo depende
de mi cuerpo, de mi alma, y de mi ser
para seguir los dos con vida,
necesito de algo mucho mas grande
y fuerte que solo la fe,
que solo la esperanza,
que solo el amor
para continuar a tu lado.