Eddy Cárdenas García

Un suspiro que el viento despojaba

 

 

 

 

 

 

Un suspiro que el viento despojaba

 

 

 

 

Deje de amarte, amor, ya no eres mía

oscile cual farola en cualquier calle,

nada complacía, nada importaba

la vida, era, tal vez, un suspiro que el viento despojaba.

 

Cuando nos conocimos ya tenías dueño

habitaban tus carnes otras manos,                                                                            

crueles en la vida nos juntamos y saboreamos

de la uva su licor, en las bocas del verano.

 

Nada importaba, de lo ajeno hicimos dueño

volamos, ensordecimos, nos amábamos,

más de pronto la rosa se deshoja y nos espantamos.

 

Errantes anduvimos por las mismas calles

nuestros ojos eludimos por la vida artera

y por la noche ciega despoblada desertaba por la carretera.