Ella es indudablemente lejana a la existencia.
Mi diligencia despistada estimula gansadas torpes y espontáneas.
¿Pero qué lerdo vehemente no concibe incorrectamente los hechos por llamar la curiosidad de la venerada?
¿A partir de cuándo los paradigmas de la época y las sazones son concluyentes para la descalificación?
Ella es apropiadamente un ángel que no está enterada de la existencia de sus alas.
La actitud es esa pequeña cosa abstracta que hace la diferencia, pero a veces dejamos de lado el indicio elemental para una amistad de dos.
Hay seres incomparables, excepcionales por autosugestión que van a la vanguardia esperando una adhesión.
Ella es contundentemente superior a mi perspectiva inmaterial de los procesos intelectuales y apasionados, incitados por la química evolutiva de mí ser.
Mi predilección es que ella se conciba segura pero integrada con el alma poderosamente a los dos.
Ella es un murmullo de nirvana, ímpetus estrechados, pretendiente a redimir el amor donado.
Ella embaraza mi voluntad de ternura, imposibilitando mi estructura machista de supremacía.
Sin vacilación alguna, hay almas que disfrutan de la certeza de saber dónde posar su revoloteo.
Ella es indiscutiblemente lejana a mi existencia.