Pegaso poeta

El cirquero

Atrayendo envidias  que brotan de fantasías,

como sueños que al disiparse murmuran

el deseo de allanar la realidad

sólo temiendo descubrir algún indicio

de que la vida etérea se solapa con la real,

envidias que brotan de ideales públicos poco socorridos

por la nuestra naturaleza humana,

mintiendo con nobleza y maestría

a un mundo errante que anhela imitarte.

 

Descubrir en cada acto temerario

la rara suerte que tiene tu vida

aquella que aunque a diario te acompaña

sólo en la arena reluce

tras dejar satisfecha una imagen propia

que acto con acto se mantiene viva,

no en el público sino en tu mente.

 

Y sólo así, repitiendo tu autoidolatría

al compás de las cuerdas y la música,

das gusto al siempre prójimo, imitación de tu disfraz.