boris gold

Y LA MUERTE...LO PREMIÓ

Lunes, siete y media de una mañana nublada, cansado y taciturno se dirige desganadamente a cumplir el triste rito de gastar ocho horas diarias de su pobre y aburrida vida. La oficina lo recibe como es habitual, barullo de chismes varios, comentarios de los partidos de fútbol del día anterior, en síntesis: lo mismo de siempre. De paso por el baño y por el espejo que hay en él, ve un triste ejemplar de esta fauna capitalina que a decir verdad, no lo dejó muy contento…No podía creer que ese era él. Hay ciertos individuos en el cual se incluye, que se mueven a fuerza de instinto y costumbre sin decisión de elegir, simplemente por inercia, ese es a grandes rasgos la monótona vida de Gabriel, un simple muchacho dependiente de un trabajo que a duras penas, cubre sus gastos más necesarios para su manutención, si a eso le agregamos la infinidad de traspiés recibidos, lo convirtieron sin lugar a duda…EN UN PERDEDOR. La falta de un amor en la vida del muchacho, estaba atada a todo ese cúmulo de sinsabores en la cual se había convertido su existencia, por consiguiente la depresión, se abría a pasos agigantados con todas las secuelas que son de imaginar. Y así fue pasando el tiempo, monótono y desgastante, pareciera que ese eterno traje gris a rayas junto al infaltable portafolio, estuviesen pintados sobre el cuerpo de ese infortunado ser. Pero a veces los dichos populares se presentan con una realidad incontrastable, como aquél que dice: “el hombre propone…y Dios dispone” y si no…VEAN LO QUE ACONTECIÓ. Salió esa mañana de verano como siempre, traje gris a rayas y portafolio en mano rumbo a la oficina, la avenida atestada de vehículos corriendo como locos hacia distintos destinos, más el ruido infernal que allí había, convertía a dicha arteria en un pandemónium, estando casi en medio de la calzada, apareció como de la nada, una hermosa mariposa de todos colores volando al ras de su cabeza. Verla y transfigurarse en otro ser completamente al que era, fue solo uno, ese fue el detonante que creó la metamorfosis capaz de crear lo que la gente estaba viendo, voló el portafolios de sus manos y comenzó a correr como loco tras de esa mariposa, como si ese fuese el escape a su felicidad. Y por culpa de ello, de golpe y porrazo se comenzó a escribir la historia de alguien que nunca tuvo una. Las noticias de los diarios y las notas radiales y televisivas hablaban de la insólita acción de un individuo, que por querer atrapar a una mariposa en medio de una avenida colmada de vehículos, perdió la vida en ese torpe y vano intento de atraparla, por primera vez en su joven existencia, todos hablaban de él…ERA EL DUEÑO DE LA NOTICIA.
Y por si eso fuera poco, los poetas lo habían convertido en su ícono, alegaban que era…POR ESA POÉTICA FORMA DE MORIR. EPÍLOGO:
Hay tres ingredientes en esta obra que podríamos titular: VIVIR SE PUEDE… PERO NO TE DEJAN, la primera: un ser insignificante que pasó por este mundo sin siquiera dejar rastro, pues el desarrollo de sus acciones coadyuvaron para que así fuera. En segundo lugar: una simple mariposa, que en plena city porteña y con un sin fin de automóviles haciendo un barullo ensordecedor, se empeñó en volar a ras de la cabeza del pobre desdichado. Y en tercer lugar: se dice que Buenos Aires está habitada por un montón de duendes y al estar ellos llenos de un componente poético le hayan buscado este epílogo. La cuestión era que el pobre infeliz tuvo que morir para crear algo…”DIVIDIR LAS AGUAS”.

Boris Gold           (simplemente…un poeta (reeditado)               www.wix.com/borisgold33/bgold