Qué difícil es despedirme de ti, luego de tantas cosas que hemos vivido juntos, tal vez la luna sea la única testigo de nuestro amor, más allá de los límites que nunca nos pusimos.
Verla (a la luna) y encontrar en ella tus ojos y tu sonrisa me llenan de nostalgia al saber que ya no te tengo, no lo puedo negar, pero encuentro el increíble y dulce recuerdo del brillo sincero que había hayado en sus ojos, y qué tal vez la encuentre nuevamente solo en la luna, aunque algún día seamos valientes y nos demos cuenta lo mucho que nos extrañamos.
Quién me abrazará en las noches frías y eternas, quién borrará los besos marcados en el alma, las caricias tatuadas en mi piel y las imágenes y vídeos mentales que se reproducen cada segundo... Tal vez es porque dentro de mi no se quieren borrar, sino que desean crear aún muchos más
(...)
Y éstos puntos suspensivos quedarán para que, se siga escribiendo una historia, aquella que dejó tantas hojas de nuestro libro en blanco.
Y sólo tú decides si quieres terminarlo o dejarlo.
No es un adiós, es un hasta pronto.