Wellington Rigortmortiz

* La Esfera

En una esfera liquida, navego

esperanzado en naufragar,

tan difícil es escapar, lo sé,

desde el instante mismo

en el que nos miramos,

fue en ese momento que mi alma

se hizo a la mar, a navegar

sobre la liquida piel de la tuya

al observarme reflejado en tus ojos;

mi pequeña barca flota sin temor,

no necesito remos, ni brújula,

ni mapas, con mi bitácora es suficiente,

aquí, no existe tierra firme, solo,

liquida esencia, tan seráfica,

alimenta mi vida

con la dulce brisa que emana.

 

No existen las tormentas,

y puedo ver en las noches

la luna mucho más brillante,

de gran tamaño

que cuando afuera de aquí

contemplaba;

la magia astral de tu mirada

absorbió mi alma

para liberarme del dolor,

para dejar de ser

un simple caminante errante,

proscrito de la felicidad,

kamikaze del amor;

aquí, ya no puedo mirarte,

pero puedo escucharte,

observo,

desde el interior de la esfera,

la naturaleza del bien y el mal,

y forzado me veo

a salir, a salir de la esfera,

…una lagrima soy,

una lagrima fui de ti,

que ahora lentamente se desliza

por tu delicada mejilla

cauterizando su suavidad y belleza.

 

En cada ocasión

que volvamos a mirarnos

volveré a navegar dentro de la esfera,

volveré a ser parte de ti, esa parte

que tú vas moldeando

con el poder de tus bellos sentimientos,

así, en cada momento

que con tu mirada absorbas mi alma,

volveré a navegar,

volveré a nacer y a morir,

a nacer, a morir…