Raúl Navarro

Una última lágrima

Un apasionado y dulce nuevo amor

toca las puertas de mi alma,

yo que no recordaba el sabor de los besos,

había perdido la esperanza,

pero gracias a Dios que todo lo cura

el tiempo y la distancia,

eso sí, antes de abrir de nuevo la puerta

caminaré cerca de tu casa,

para decirte adiós, esta vez para siempre

con un nudo en la garganta,

adiós a los fuertes besos que nos dimos,

al sabor de tu piel y tu fragancia,

adiós a tu risa y tus graciosos gestos,

adiós a la música de tus palabras,

y al acordarme de ti derramaré en silencio

una última lágrima.