Wellington Rigortmortiz

* The Piano Black III

Abrazo las certezas,

las abrazo

y me lleno de ilusiones,

utópicas se sentían

al tenerlas en mis brazos,

la esperanza en el rincón

más oscuro de mi alma

se ocultaba, agonizaba,

que alimento tan astral

deguste, que aroma

tan esencial percibí,

abrazo las certezas,

por hoy, solo las abrazo,

quizá termine

absorbido por las mismas,

hasta,

desaparecer por completo,

que cruel seria

nuevamente el destino,

encantado

esta con mis melodías

entonadas

en su piano adolorido,

piano negro

de piel fría y húmeda,

abrazo las certezas,

y mis lagrimas

bañan esos anhelos,

solo anhelos, por hoy.

 

No puedo leer esta nueva partitura,

difícil me resulta interpretarla,

pues, no la he creado yo,

magistrales y complejas

se ven sus notas,

que escritura tan extraña,

el inicio es fácil y maravilloso,

dulces melodías más que las mías,

siento vergüenza de mi inspiración,

quién es el autor?,

abrazo las certezas, las abrazo,

son tantas y escapan entre mis brazos,

quién a la distancia

entona mis melodías?,

quién ha osado robármelas?...

 

Abrazo las certezas

que saben a claro de luna,

sabor inexistente

exquisito al paladar

de la boca del vacío y el silencio,

surrealista sentimiento

que mi imaginario dolido vomita,

sangre triste, alegría acuchillante,

los ecos del piano negro

se han callado, todas mis melodías

fueron hurtadas;

abrazo a los anhelos,

las certezas se volvieron rígidas,

como pesadas rocas

han caído a mis pies,

son ahora firmes vigilantes

aquí en esta colina

donde Tú, me las otorgaste,

cuando eran

solo pequeñas lágrimas de rocío

que cabían en tus manos,

abrazo los anhelos

que son vapor,

que son también espuma,

en este piano negro,

entono la inspiración tenue de hoy,

piano de madera rugosa,

mágica máquina del tiempo

con el don de transmitir

los sonidos de mi alma,

abrazo los anhelos,

sentado sobre las certezas,

mirando el horizonte,

con las melodías más dulces

dentro de mi mente,

con el llanto suspendido,

con la sonrisa congelada,

con los ojos cerrados…