Eddy Cárdenas García

Quiero correr la vida...

 

 

 

 

Quiero correr la vida…

 

 

 

Han caminado ya tantos años mis pasos

que hoy me he dado cuenta

que quiero correr la vida…

 

Si, correr, como cuando era maratonista,

porque siento deseos de vivir más de prisa,

ya estoy dentro de los sesenta y pico

y pienso que muy pronto seré

esa ausencia que extrañaran por ejemplo:

mis nietos…

por eso hoy quiero correr la vida,

acelerar mi alegría a lado de mi familia,

ser feliz los pocos años que me regale la vida.

 

¡Quiero correr la vida…!

Estoy cansado de tanta discordia y argumentos

que se producen a diario, sabiendo  que a nada

conducirán al mundo con tanta politiquería,

 

Quiero correr mi vida en paz, y ya no quiero

tolerar lo irracional, lo insensato, en aquella gente

que no madura, no crece, aquellos que a pesar

de estar equivocados creen tener la razón

en todos sus arrebatos.

 

Cuanta pena me dan sus insignificancias…

 

Quiero correr la vida, correr de “esos” que me

invitan a la mesa y se hinchan con sus egolatrías.

 

me duele hasta la familia… aquellos, los que no

escuchan, los que se aprovechan, los que manipulan…

 

Quiero correr la vida lejos de aquellos sujetos, que a pesar

de saber lo que son, alardean sobre sus cargos, títulos, grados

y otros tantos nobles y patricios nombramientos

que la vida les dio.

 

Cuanta pena de dan sus precarios discernimientos…

 

Persigo la cualidad aunque mi tiempo es breve

con tan efímeros pasos pueda que no cruce el puente

y yo aspiro las manos del pueblo magnánimo,

aquel que no se preña ni de vanidad ni de petulancia.

 

Por eso quiero correr la vida, trotar al lado de mi gente:

los inadvertidos, los locos, aquellos que de sus

palabras brote lo esencial, la sapiencia…lo que

en realidad merezca el contento.

 

Quiero correr lo más rápido que pueda, no huyendo

de mis tareas, así sean pocas, correr llevando

en mi pecho todo lo que me ha ilustrado la vida,

sí, quiero correr para subsistir un poco más.

 

¡Quiero correr la vida! merezco el intento

y no ambiciono hazañas para lograrlo, los años que

me restan  son tan pocos que estoy ciertamente

convencido que llegare al límite con la serenidad

de mi tiempo y de la mano de quienes más quiero…

 

Nunca te arrepientas de tus errores, ellos te enseñaron

el camino por donde mejor recorriste tu vida.

 

Lo fundamental fue recorrer la vida a lado de quienes

en verdad valió la pena recorrerla…