ineden

ODIO

 

Llevo tiempo intentando engullirte, y aún no he aprendido hacerlo.

Cada vez que estás ante mí me das náuseas.

Pero aún no he aprendido como cocinarte.

La gente dice que es fácil, pero siempre es fácil cuando uno sabe.

Yo no sé aderezarte! Ver más allá de ti!

Si supiera aliñarte. Restar tu amargor. Cambiar tu sabor.

Ya no serías mi eterno veneno.

Pero,

Cuando estás ante mí,

 te mastico lentamente, dejando tu poso desagradable

desde mi boca hasta mis entrañas.

Aunque me atragante, no cesaré en el intento.

Pues no sé hacerlo de otra forma.

Tampoco quiero tragarte de golpe

que tu sabor se deposite rápidamente en mi estómago.

Pues ese recuerdo aún es más amargo,

y ya no tengo estómago para ello.

Sé que no eres mi único alimento.

Ni mi menú diario.

Pero si te presentas ante mí

te engullo obsesivamente.

No sé si me he acostumbrado a tu sabor

tanto que incluso me produce placer.

Consciente del veneno que arrastras

y depositas en mí

voy creciendo con ello.

Pues somos lo que comemos.

Y no sé si seré capaz de pedir

Pedir que me enseñen a cocinarte.