FaustoOlivares

Naufragado

 

Ahora ya sí, Mencía,
le pongo un punto y final
a mi libro de poesía.

Como se tiran al mar
mensajitos manuscritos
en botellas de cristal

he ido mandándote gritos
enjaulados entre versos
azules y ligeritos.

Si se quedaron inmersos
bajo las olas del ruido
o si los vientos adversos

¡ay! no les han permitido
navegar rumbo a tus ojos,
no lo sé. Quizás ha sido

peor su sino : rastrojos
de papel que no has querido
conservar por ser tan flojos...

Vislumbro lo que el infierno
puede tener de amarga hiel.
Me temo que la esperanza
de un perdón, de una paz linda,
de una redención cristiana,
se aleje en alas del tiempo
y me quede yo con ese fuego
que nada, vida, apaga, nada...

Y si escribir es buscar
en un verso una vida,
en una rima la paz,
en un sonido una risa,

dejo la pluma aquí aparte
y dejo de echar al agua
botellas para amansarte.

Escribir me lleva a España
y España es Andalucía
Andalucía, mi Jaén.
Jaén me eres tú, Mencía.