Juliana Agredo

MIL VECES

Escribo para que no me olviden o para no olvidarme nunca. Escribo sin saber si aún habitas en estas letras, sin saber si aún respondes a estas palabras.

 

Todo aquí parece ser efímero, la música suena una y otra vez,

la lluvia choca contra mi ventana,

el amor se me sale por la boca,

lo vomito y trato de destruirlo,

es lo vano que he hecho. No soy capaz de matarlo,

de asesinarlo, él no se deja y el odio no corre en medio de mis venas.

Es jodido. Estoy jodida. Oficialmente. 

 

Los días se me pasan entre la ansiedad de fumar un cigarro,

se me escurren las ganas,

la lluvia aún continúa chocando contra mi ventana,

trata de llamar mi atención,

yo sólo trato de no dejarme ir, 

de no dejar dormir esta poesía. 

 

Morirme, inundarme...

 

La vida parece injusta cuando sos vos quien se asoma en medio de esta lluvia y silva.

 

Trato de no mirarte, de no escucharte, de ignorar todo sentido, todo amor vivido. Es la mentira más grande que me he dicho.

Escribo para no olvidarte, para balancearme en tu cabello aún cuando no estás. Estoy jodida. Escribo para no olvidarte, para no olvidar aquella esencia mía que en tí habita. Escribo para alimentar esa parte tuya que en mí habita. 

Escribo para refugiarme en todo aquello que me ofrece una mirada y no me oculta del abismo, porque él también me mira fugaz, como si quisiera arrastrarme, pero yo no le temo.

Mil veces he disparado la misma arma, novecientas noventa y nueve veces he asesinado el amor, sin embargo, la última bala termina alojándose en mi pecho.