Hoy clamo Señor benigno escuches,
Baja Tu mirada y mira mi bajeza,
Perdona te pido, mi ofensa y mi delito,
Divino Señor, que cese ya el castigo.
Me duelo Señor, de mi vida ingrata,
Peque te confieso, tenme compasión,
Quiero congraciarme, quiero ser tu siervo,
Que Tu amor inflame mi corazón.
Hoy siento a mi lado tu presencia grata,
Con fe quiero hablarte sabiendo que Tu me escuchas;
Te adoro en silencio y Tu voz se escucha,
Ya nada perturba Tu palabra viva.
Háblame Señor, dime que me amas,
Que no sea ciego, permite que te vea,
Que extienda mi mano, que me desprenda,
Que me entregue todo, que Tu amor me espera.
Mi egoísmo es tal que mis ojos ciega,
No me deja verte en quien de mi espera,
Quiero contemplarte en el y dar mi vida,
Concédeme gracia para socorrerte.
Mi soberbia impide que busque tu ayuda,
Humildad te pido para doblegarme,
Y acudir con prisa buscando encontrarte
Concédeme gracia y necesitarte.
Pasiones insanas doblegan mi alma,
Me alejan de Ti y pierdo la calma,
Que cierre mis ojos para no ofenderte,
Concédeme gracia, no quiero perderte.
No quiero rencores ni odios que aparten,
Mis hermanos todos mi perdón esperan,
Quiero perdonar y ser perdonado,
Concédeme gracia de saberme amado.
La impaciencia inspira amargos pesares,
Penas y dolores es lo que se alcanza,
Impaciente estoy y todo son cansares,
Concédeme gracia, esperar paciente Tu amor y Tu gracia.
Pereza es mi vida, todo en mi es cansancio,
Flojera me causa el ir a buscarte,
Pido por ventura diligencia grata,
Concédeme gracia, prisa de encontrarte.
Tu conoces todo lo que en mi se encuentra,
Nada para Ti es oculto, nada desconoces,
Perdón es mi ruego, perdón a ti clamo,
Concédeme gracia, ¡Tu perdón espero!
Ignacio Espínola carrillo