Alberto Escobar

No es el momento...

 

 

Sé que esto no te incumbe
pero tu amor se está volviendo
un desprenderse de mi anhelo
de libertad que me está secando
la pituitaria, me está sumiendo 
en un duermevela de frenético 
sinvivir, tanto que no me doy
manos para atajar la vía de agua
que se me está abriendo en mi alma.
Ahora estoy gozando de mi flagrante
condición de liberto, desencadenado
de los pesares del compromiso.
Ahora no puedo volver a comer porque
no tengo hambre, salvo de aventuras, 
de saberme a mi mismo fuerte, alzarme
hasta la cofa de mi navío para enhestar
de nuevo mi velamen

y navegar sin
rumbo.

Quiero rodar mi timón hacia el villorio
de mis primeras luces antes de que
llegue mi ocaso vespertino, quiero
recoger todas las conchas nacaradas
que me encuentre en las playas
que arribaré con mi humilde velero.
Lamento tu desdicha, pero nuestros
tiempos son ajenos el uno del otro,
correrás mejor suerte si solo me
pretendes savia endulzante de tu lecho,
pero no si me quieres tener como brazo
constructor, mi constructo fue ya
desmantelado en lontananza.

No quiero contagiarte mi lepra asolante
de rosas sin espinas, ¡busca parterres
blancos y puros!


No quiero ser compás de la geometria de tu desdicha...