Alberto Escobar

Prometeo en llamas.

 

En venganza por la derrota de los titanes ante las tropas
de Zeus, Prometeo desafía al dios de dioses robando el
fuego divino para entregárselo a los mortales.
No prretende luchar contra él cuerpo a cuerpo, le reta creando
los seres humanos del barro esculpido por sus prodigiosas manos.
Zeus se enfurece ante semejante obra, ante su inaudita perfección.
Prometeo se cobra la cuenta pendiente invitándolo a un banquete
de huesos y despojos, Zeus responde castigando a la humanidad, en
vez de a su creador, quitándoles el fuego para abismarlos en la oscuridad.
Prometeo pide clemencia ante el sufrimiento humano, pero esta no alcanza
el oído del todopoderoso.
El hacedor de la humanidad arriesga su vida robando el fuego del Olimpo
haciéndolo llegar a sus tiritantes hijos.
Prometeo vuelve a casa satisfecho con la sorpresa de encontrar a Epimeteo,
su hermano, quien había echado tanto de menos.
Disfruta momentáneamente de su victoria y consiguiente felicidad hasta el contraataque de Zeus, este le envía a Pandora con su caja, la curiosidad le impulsa a abrirla
y a esparcir por el mundo todo el mal que contiene.

Para proteger a la humanidad
de la venganza de Zeus, Prometeo
aceptó por águila ser privado
de rojo hígado
que crecía in eternum.
In eternum esperanza
concedió a los mortales
desde el fondo de la caja,
caja que abrió Pandora.

Pandora inspiradora de Eva, origen de todos los males del mundo.
De ahí se deduce que las mujeres son el crisol del mal...

Precisamente todo lo contrario. Diosas del Olimpo.