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NOTAS

  La madurez en la persona adulta, significa haber encontrado la serenidad que de niño se tenía al jugar. No se puede odiar, cuando nuestra estima es muy pequeña, lo hacemos cuando es igual o mayor de la que tenemos por nosotros mismos. Para el hombre, la encarnación del amor es la mujer, pero la amamos si la elevamos a la dignidad de diosa. En el amor, se encuentra la fuente de la vida eterna, el que ama sinceramente, perdurará en el recuerdo de quien amó. No seamos tan necios de confundir el amor, con el acto de hacerlo, no convirtamos los cuerpos en meros receptores del placer momentáneo, si obramos de ese modo, aunque no percibamos dinero a cambio, estaremos prostituyendo el más sagrado y sublime de todos los sentimientos. ¡Nunca pretendamos encontrar la razón del amor entre las piernas porque fracasaremos!!.