J.C.R

La muerte fiel

Anduve por un camino

de tierra y piedras

con escasa vegetación.

Tomé un vehículo

para hacer el trayecto más rápido

cogiendo atajos,

para llegar antes.

 

Hice más que alguna parada

donde personas se subieron.

Este, lleno estaba,

todo estaba completo,

pero indiferente la alegría es

con la diversidad de personas estar.

 

Pasó el tiempo

y en breve llegué a mi sino.

Fue más por voluntad de atajos su brevedad,

que sin culpa fue involuntario.

 

Me torné un momento

para ver mi humilde estado,

y me di cuenta que estaba solo.

No había nadie, ya se fueron.

 

Llegué a mi sino

de toda una vida de brevedad.

Vi una luz

de mi hazaña entera.

Por eso me fui con ella,

pues fue la única que

nunca se fue

de mi vida en pena.

 

Ya consigo entender

por qué todos morimos.

Pues es la única que no nos abandona,

con la que desde el nacimiento

nos unimos.