Mallez

A Esther

 


Fueron tus ojos, o tu cabello tal vez.
Esa cara bonita que alegraba mis días
y aquellas horas cuando recorrías
tu mirada en el piso por tu timidez.

Aún lo recuerdo como si fuese ayer:
Tu cuerpo delgado, tus blancas mejillas,
una falda que se medía hasta tus rodillas
y una blusa que me decía que ya eras mujer.

¡Y cómo olvidarlo! Me resisto a creerlo.
¡Cómo olvidar aquellos ojos claros y tu pelo!
Tu silueta graciosa, como te recuerdo.
¡Cómo olvidar esa cosas! En verdad no puedo.